Que esto iba de seguir hábitos.
La semana pasada me propuse (y lo conseguí) salir a caminar un rato cada día. Que sí, que parece fácil y tal y cual, pero yo soy de las que piensa que va a hacer no sé qué y al final eso es lo que hace: no sé muy bien qué (nada, vamos).
Decidí que más vale salir a caminar diez minutos que salir cero minutos, y así lo hice. Una vez fuera, ya alargo hasta tres cuartos de hora y vuelvo a casa con cierto sentimiento del deber cumplido.
PERO lo que mi cerebrito espabilado NO puede hacer es convencerme de que "estoy haciendo ejercicio" y por eso puedo comer más mal y más cantidad.
Primero, porque salir un rato a andar no es hacer ejercicio per se, y segundo, porque se me olvida que lo que pretendo es perder peso, que yo iba para cisne, no para vaca.
¡Mucho ánimo! Salir a andar es un ejercicio estupendo, para todo el cuerpo y para el buen humor. Y ahora que empieza el calorcito apetece más dar paseos y (un poco) menos los excesos de comida ¡Besos!
ResponderEliminarGracias por los ánimos, Ariadna :-D
ResponderEliminarAndar es muy bueno, sin embargo yo tenía un historial deportivo muy completito, y ahora... solamente hago esto.
Pero es mejor poco que nada, je je je.
Besos